La vida de casada podría parecer casi ideal para cualquier mujer de los años 60’s, sin embargo Séverine, una mujer sofisticada y culta, casada con un médico a quien ama con desesperación, parece estar aburrida y ser incapaz de mantener relaciones íntimas con su esposo, así que pronto decide ir a buscar un trabajo matutino, el de prostituta de 2:00 a 5:00, lo que le gana su famoso sobrenombre de “Belle de Jour”, o bella de día en español. Desde luego la vida siempre tiende a jugarnos bromas y uno de los clientes frecuentes de la elegante Séverine pierde la cabeza completamente ante ella, manteniendo al espectador con los ojos bien abiertos. 

Buñuel nos trae una vez más una película impecable, llena de glamur y sensualidad, con la brillante Catherine Deneuve actuando en el rol de Séverine, quien nos muestra una mujer capaz de mantener una doble vida; una de pasiones y sueños eróticos y otra de castidad en el matrimonio. ¿Acaso sólo quiere aprender amar antes de entregarse a su marido, con quien desea pasar el resto de sus días? Buñuel aporta como siempre una mirada profunda al deseo prohibido, mezclado con su surrealismo y con una serie de simbologías referentes como en otras de sus obras, una crítica a la burguesía con sus más ásperos, reprimidos y morbosos deseos y fantasías, combinados con un exterior bellísimo e inocente quien saca suspiros de los espectadores, la hermosa y misteriosa Séverine. 

La película, mi favorita por cierto, sumerge al espectador en un mundo con toques surrealistas y llenos de la imaginación de Buñuel, llena de críticas y giros, añadido a un sofisticado y delicado ambiente haciendo de la película una obra maestra, donde nuestra bella protagonista flota a través de las situaciones saliendo ilesa y triunfante. 

DIEGO F.